Mansion Luminus

La mansión que era a vista de pájaro rectangular con un tejado que recordaba al de una iglesia, gozaba de la friolera de 128 dormitorios, un salón de fiestas comedor que no tenia nada que envidiar al de un rey, unas enormes cocinas, mas de 100 baños, lo mas moderno en cañerías y un jardín central que ensombrecía a la mujer mas bella, en el tejado reposaban vigilantes cientos de gárgolas de piedra diferentes, y la puerta principal estaba talla da en la mas noble madera con relieves que contaban la historia del primer Luminus, hermano del primer rey de genova y mas valiente y conquistador de la historia de genova.

Llegue en pocos minutos a la gigantesca mansión donde desmonte a mi corcel negro delante de la puerta, un criado tomo las riendas del animal y se lo llevo al establo con larga paciencia, yo me dirigí a la puerta que se encontraba abierta y custodiada por doce paladines trell los cuales me dejaron paso abriendo un pasillo al interior, dentro, observe el inmenso interior, y suspire nostálgico cinco años sin regresar a mi hogar, empece a subir los escalones asta subir a la siguiente planta y me dirigí a lo que yo recordaba eran mis aposentos, no tarde en llegar, y no me extraño encontrar la habitación tal y como la recordaba, me tumbe cansado en la cama y me dispuse a dormir un buen rato.

Tras una acalorada charla con varios altos rangos me ya savia cual era la siguiente misión de mi compañía, como sub capitán, me habían acusado de todos los problemas y errores de mi superior, al parecer esa era mi verdadera función, lo cual me resultaba bastante frustran te, tras un rápido aseo y una comida ligera, cargue mi corcel con bastantes recursos, mi ligero peso corporal me permitía cargar con mas cosas mi montura, y eso era una buena ventaja, tras equiparme debidamente monte en mi corcel y me dirigí a la entrada de la mansión donde baje y espere paciente a mi bufón, el cual tenia la esperanza de que sobreviviera al menos a la primera batalla.

Una polvareda aparecio en el camino seguida de unos gritos.

-Pulgarciaaa no seas cabroooon soy tu amigooo no me rajeeeeees

Hiba corriendo por delante de pulgarcita con el corazon a punto de explotar.

-No se como coño puedes correr tanto con esa armadura cacho cabrooooon.

Detras de mi venian Vallecano que parecia ocioso por las penurias de su duello y el clerigo Itir con cara de preocupación.

-Cuando sea un super mago con el poder de destruir una ciudad con un pestañeo me vengare Pulgarcita¡¡¡

llegue a donde estaba mi ''jefe'' y me coloque detras de su caballo, Pulgarcita siguio persiguiendome dandome vueltas a su alrededor.

-TU maldito proyecto de trell, dile a tu andrajoso guardia que me deje en paaaaz.

me escaabulli por debajo de las patas del caballo y este se levanto a dos patas golpeando en la cabeza a Pulgarcita.

-Ja, te dije que me vengaria.

Me pase una mano por el pelo para colocarmelo, odiaba mi pelo, pero odiaba mas no tenerlo.

Me quede mirando a mi empleado bastante satisfecho, almenos cumplia a la perfeccion su funcion.

-Pulgarcita?

Me quede mirando al paladin que se levantaba aturdido por la coz, este se qito el casco y dejo ver que para ser un trell tenia las orejas bastante cortas, casi como un humano, el pelo era negro y tenia dos cicatrizes que le llegavan de la frente a la barbilla en forma de V, y una barba de un par de dias. Estacuando mencion el apodo se encojio de hombros como diciendo "es idiota"

-Valla me alegro de verle de nuebo guroi, mi nombre es Sangine Luminus, descendiente del hermano del primer rey de genova.

No llevaba ni un día en Génova y ya se estaba relacionando con la nobleza más selecta de la ciudad. “Desde luego este viaje es de lo más discreto” pensó con ironía. Al parecer era inevitable atraer a la gente influyente de allí por donde pasase, seguro que lo llevaba en la sangre. De tal palo tal astilla.

- Encantado.- Correspondió cortésmente.- me llamo Itir Rumnaheim, y soy un… viajero itinerante que parte en busca de la sabiduría.-

-Bahhh menuda trolaaa, tienes toda la pinta d eun sabiondon, ademas tus modales son muy finos.

me coloque detras de el y me colgue de su cuello mientras le estiraba de los mofletes.

-Venga grandullon dinos kien eres.

me aparte de el para evitar represalias y monte a Vallecano para quedar lejos de su alcanze.

Tras la escenita que decidi ignorar me dirigi a Itir.

-Si buscas sabiduria, mi padre siempre me a dicho que acuda a las bibliotecas. Pero no se si te refieres a esa sabiduria, peregrino Itir.

Itir ignoro por completo a Growin, inclinando la cabeza significativamente hacia Sangi le sonrió complacido.

- Hay muchas formas de sabiduría lord Luminus. Y muchas de ellas no se encuentran en simples hojas de pergamino.-

-Cabrones... no me ignoreis¡¡¡

bufe ofendido y l di la vuelta al caballo, torne seria mi voz y hable.

-Bueno, nos movemos o vamos a dormirnos aqui.

El bufón tenia razón, mire distraído al guroi y le propuse como quien invita a pasar la tarde en el jardín a este.

-Señor Rumnaheim le agradaría acompañarnos en este breve paseo por la senda de lava en la que me veo envuelto?

Itir enarco una ceja.

- ¿Y cuál es ese camino peligroso que supuestamente vais a recorrer?- Pregunto con gesto sorprendido.- Perdonad mi osadía, pero me parecéis demasiado joven como para que grandes males os acechen, mas si vais tan bien custodiado.- finalizo señalando a los guardias.

-Ninguna mala criatura supera el terror y la molestia que causa el politiqueo, peregrino itir.

Sonreí irónico e inicie el trote para ponerme a al cabeza.

-Al fin marcha, por cierto Itir, sera mejor que te compre sun caballo, oh subas al mio.

Hice un gesto divertido con la mano y segui al joven.

- Primera norma del Guroi.- gruño Itir para sí.- Nunca vayas a ningún lado al que no puedas llegar con tus propios pies.-

Y sin más comenzó a correr manteniendo la marcha de los caballos.

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Habiamos tenido una buena marcha a pie, esta vez Pulgarcita no me habia seguido con intencion de matarme, parace que me estaba cogiendo cariño.

-Es un bonito paisaje el que hay por aqui ¿no crees grandullon?

me acomode el barril de hidromiel para llevarlo mejor.

El camino asta la mansión pintaba mas bien mal, sangine había pasado por hay como un tornado, decoración del puente en su mallo ria destrozada, algunas estatuas que si fueran cuerpos aun estarían calientes y por ultimo la entrada de la mansión donde una criada lloraba desconsoladamente y humillada, y el numero de guardias de la puerta visiblemente incrementado en dos docenas. Sangine se encontraba en el salón de lectura, sentado en una butaca de pieles y plumas inclinado hacia delante y con la frente apoyada en los puños, mirando al suelo y su espada descansando en el lateral del asiento.

-Hey, que pasa chavalin, ¿te has levantado con el pie izquierdo? menuda se ha montado fuera. No me querian dejar pasar, fijate tu, al final les he conseguido persuadir.

Señale a Pulgarcita mientras soneia y me sente en la mesa que tenia enfrente del asiento.

-Amos, cuentale al tito Gro lo que ha pasado

Itir se paro para consolar brevemente a la criada, calmándola bondadosamente. Cuando la criada se recompuso un poco de la impresión, Itir siguió en pos de Growin hasta llegar a la sala de lectura donde Sangine esperaba sentado.

- ¿Qué clase de comportamiento es este?- Exclamo nada más traspasar el umbral.- ¡¡¡Una persona con un mínimo de educación se avergonzaría con solo pensar en realizar un acto tan infantil!!!- Soltó en un exabrupto.- ¿Es que acaso cuando las cosas no os salen como teníais planeado os dedicáis a destrozarlo todo y a aterrorizar a las doncellas?- Itir se cuadro de brazos cruzados delante de Sangi, frunciendo las cejas con enojo.

Sangine levanto la cabeza y miro al Guroi indiferente.

-Destrozo mis posesiones si quiero, y la criada lloraba porque a pecado con su propio hermano, Itir, no es un buen momento para darme lecciones de moral.

Sangine se levanto y se guardo la espada en el cinto.

-Aveces me cuesta creer que la gente que me da ordenes, allan sido elegidos por Dios.

-Y no has pensado nunca que quizas aquellas personas que te dan ordenes se hayan elegido ellas mismas en nombre de Dios?

hice la pregunta mientras me recostaba y sacaba el viejo trozo de cecina y lo masticaba, Pulgarcita llego con Leya en brazos y la dejo en el suelo, cansado.

-Por cierto, aun no has dicho que te ha pasado.¿que es lo que traman los burocratillas?